21 de julio de 2009

El dolor de hoy, mañana será parte del pasado.

Lo primero que hizo Nicolás Martínez fue tomar una fotografía de la imponente estructura –otrora motivo de elogios por la creatividad invertida en los acabados arquitectónicos, en los colores que resaltaban las columnas y en las molduras de yeso–, que ahora lucía envuelto en llamas. Después se lanzó a la batalla. Él es bombero y su misión es combatir el fuego, en ciudad de México.

Horas más tarde, en la diminuta salita de su apartamento, rodeado por sus dos pequeños hijos y la esposa que cada día lo espera con la misma expectación y ansiedad que si lo viera llegar después de una guerra, repasaron las gráficas. Si bien es cierto las lenguas de fuego envolvían la edificación, las degradaciones de amarillo, rojo, azul y gris, daban un matiz diferente a lo que decenas de personas consideraban era una tragedia. Detrás del incendio, había arte.

En dos años logró coleccionar un centenar de imágenes de siniestros que hoy expone en México, y que han convertido a este héroe anónimo, en un caso singular del artista que combina su profesión de bombero con la afición por la fotografía.

Cada día una nueva oportunidad

Cuando Nicolás vuelve atrás las páginas del álbum, sólo aprecia fotos de instantes que fueron angustiosos, que quizá cobraron vidas humanas y despertaron incertidumbre, pero que hoy forman parte del archivo del pasado, del ayer que jamás volverá.

Un error enorme en nuestra existencia es proseguir atormentándonos con lo que pasó antaño. Todo eso quedó en ese limbo indeterminado que constituyen los hechos que nunca se repetirán. Cada segundo es nuevo. De ahí que sólo el presente cuenta. El dolor por el pasado sólo atormenta a quienes quieren vivir en el pasado. A esta sana decisión de crecer diariamente se refirió el apóstol Pablo cuando escribió: “… una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”(Filipenses 3:13, 14).

Este batallador incansable, a quien se considera un ganador de tiempo completo, tenía claro que sólo podemos crecer en la medida que vivamos el presente y nos preparemos para el mañana. Igual como cristianos. Sólo llegaremos al final de nuestra existencia con Jesucristo, si ponemos la mirada en El y no dimensionamos las circunstancias adversas que podamos enfrentar hoy…

Ps. Fernando Alexis Jiménez
Correo electrónico: fernando@adorador.com

…yo soy su Dios y los he tomado de la mano; no deben tener miedo, porque cuentan con mi ayuda. Isaías 41.13 (Versión Traducción en Lenguaje Actual)

Fuente: Cristianos.
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