6 de marzo de 2009

El legado de una madre.

Gran parte de lo que decimos a nuestros hijos ya sea positivo o negativo, puede marcar su vida y su corazón para siempre.

La semana pasada hice referencia a la actitud que debe de prevalecer en cada una de nosotras. El ser positivas marca nuestra vida y la de las personas que están a nuestro alrededor, principalmente la de los mas cercanos que son nuestros hijos.

Así mismo, con nuestra boca tenemos el poder de restaurar, edificar o destruir y depende de cada una de nosotras que influyamos positivamente en la personas con quienes tenemos relación directa o indirecta. Gran parte de lo que decimos a nuestros hijos ya sea positivo o negativo, puede marcar su vida y su corazón para siempre.

Mi madre me enseñó muchas cosas buenas, entre ellas algo que realmente admiro de ella y afectó mi vida positivamente, esto es, la confianza que tiene y siempre tuvo hacia cada uno de nosotros, sus hijos. Cuando veo atrás y recuerdo la vida de cada uno de mis hermanos y la mía, tengo presente la confianza incondicional que ella siempre nos tuvo y nos sigue teniendo a cada uno de nosotros. Ahora puedo ver el legado que ella nos ha dejado y esto para mi una gran enseñanza que ella depositó en nosotros en su rol como madre y es algo que le agradezco profundamente, porque cuando alguien confía en ti, le agrega valor a tu vida. Ahora, espero con la ayuda de Dios, poder trasladar esa misma confianza a cada uno de mis hijos.

Debemos restaurar nuestro pensamiento, pensar positivamente. Nuestro pensamiento dicta lo que decimos, como dice la Palabra, de la abundancia del corazón habla la boca. De la forma en que alimentemos nuestra mente y nuestro corazón, así será lo que salga de nuestra boca, debo pensar positivamente, lo que hará que hable positivamente y mi boca declarará lo bueno con poder sobre la vida de mis hijos. Si yo constantemente hablo lo negativo, entonces eso es lo que creo y lo que confieso, cambiemos nuestra manera de pensar y de hablar.

Me gusta lo que dice en Romanos 2:12 en la versión Las Américas pues es gran verdad al respecto: ““Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.”

Así que no importando la circunstancia en la que te encuentres, es necesario que trasmitas esa buena actitud y con amor transformes para bien la vida de los que te rodean y puedas heredar a tus hijos muchas virtudes de las que tienes en tu vida.

Recuerda nuestra declaración de fe y ponla en práctica:

“En mi boca esta el poder de la vida y de la muerte, hablare palabras de vida y no de muerte, de salud y no de enfermedad, de riqueza y no de pobreza, de bendición y no de maldición porque en mi boca hay un milagro”.

Fuente: Mujer eres Excepcional con Sonia Luna.
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1 comentario:

INMERECIDA GRACIA dijo...

Hola mi estimado Carlos,

No estoy de acuerdo con este mensaje...esta doctrina me suena a Confesion positiva y metafisica..es un tipo de pensamiento griego...la biblia no enseña de esa forma...

Saludos

Enrique