8 de agosto de 2012

LA MUJER DEBE ESTAR SUJETA A SU MARIDO EN TODO, ASI COMO LA IGLESIA LO ESTA A CRISTO.



LA MUJER EN EL HOGAR.

Pablo escribió a los creyentes de Efeso: las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al señor; porque el marido es cabeza de la mujer. (Efe.5:22).

LA MUJER DEBE ESTAR SUJETA A SU MARIDO EN TODO, ASI COMO LA IGLESIA LO ESTA A CRISTO.

El hombre no debería de estar tratando que su mujer se someta, es una responsabilidad de la mujer sujetarse voluntariamente.

La mujer fracasó en el jardín porque quiso ser como Dios; la mujer fracasa en el hogar porque quiere ser como el hombre. Por eso Pablo escribió: "porque no permito a la mujer enseñar ni ejercer dominio sobre el hombre" estableciendo así un principio de orden en el hogar.

Las palabras griegas usadas aquí son: ANER que significa realmente Esposo, y GYNE que significa Esposa.

SUS FUNCIONES.

En el hogar toda mujer debe desarrollar dos funciones, la de esposa y la de madre. Ella puede ejercer una influencia poderosa en la vida de su esposo y de sus hijos.

La tarea de una mujer en el hogar, no es solamente física, su responsabilidad no es únicamente la de hacer tareas domésticas; esta solo es una parte, la cual bien puede incluir a todos los miembros de la familia.

La parte más importante de las funciones de la mujer en el hogar es: ser de motivación permanente para su esposo y ser ejemplo para sus hijos.

La mujer cristiana debe practicar y enseñar a otras más jóvenes: el amar a su marido y a sus hijos, el ser prudente y casta y el ser cuidadosa de su casa (Tit.2:4).

EL RESPETO A SU MARIDO.

Pablo menciona un punto de mucha importancia en Efe.5:33; "la mujer respete a su marido".  Es imposible que la mujer se sujete a alguien a quien no respeta. Aquí es donde comienza una buena relación entre marido y mujer.

Aunque en muchos casos la mujer tiene motivos justificados para no querer sujetarse, ni respetar a su esposo; la escritura no añade condiciones.

La mujer debe recordar siempre que su esposo representa la autoridad y que ella no debe tratar de ocupar esa posición, ni oponerse a él.

LA MUJER EN LA IGLESIA.

Dentro de la Iglesia, la mujer tiene la libertad de ministrar a Dios o a los hombres (la congregación). La Biblia habla de la mujer que ora o profetiza, (que habla con Dios o que habla de parte de Dios), lo cual es solo una parte del papel que la mujer puede desempeñar dentro de una congregación.

Como la mayoría de creyentes, la mujer deberá ocupar un lugar en un ministerio auxiliar de su congregación, independientemente del cual, ella debe recordar que sigue bajo la autoridad de su marido.  El tener un privilegio en la congregación o aún dones espirituales; no la colocarán jamás por encima de su esposo.

Un lugar muy especial para la mujer es como ayudante del ministerio de su esposo, probablemente no exista ninguna persona mejor que ella para complementarlo.

LA MUJER EN EL MINISTERIO

Desde el punto de vista divino, la mujer puede tener un lugar dentro de un ministerio, o aún más, su propio ministerio. El no reconocer esto, a causado que en muchas Iglesias evangélicas la mujer sea relegada o ignorada totalmente, de modo que ellas no tienen participación en la obra de Dios.

Sin embargo la comisión dada por el señor en Mt.28 y Mr.16; incluye hombres y mujeres.

LA VOLUNTAD DE DIOS ES QUE LA MUJER MINISTRE A OTRAS PERSONAS.

El punto importante aquí, es definir desde que posición, podría ser aceptable que una mujer ministre, ya que existen doctrinas opuestas; desde aquellos que menosprecian la obra que una mujer puede realizar, hasta la de aquellos que colocan mujeres en posiciones de liderazgo, como ancianas y aún como Pastoras.

OBJECIONES PARA QUE LA MUJER MINISTRE.

Existen algunos versos que son mal interpretados o aplicados y de esa forma sirven de apoyo para no dar lugar a  las mujeres dentro de los ministerios.

1. Una mujer no puede enseñarle a hombres (1Tim.2:11-12)
 
Esta escritura no determina que ninguna mujer debe enseñar a ningún hombre, sino que trata de la relación entre esposos, en la cual ella debe de estar sujeta a él, no debe pretender enseñarle y mucho menos ejercer dominio sobre él.  Aquí el enfoque es de orden en el hogar.

2. La mujer no debe participar en el desarrollo del culto  (1Cor.14:34)

Debe la mujer permanecer callada en la congregación ?
La respuesta es Sí, al igual que todos los hombres para mantener el orden. El punto que el apóstol trata aquí es el desorden causado por las mujeres en las congregaciones, cuando preguntaban a sus maridos lo que no entendían (v.35). La mujer tenía y tiene todo el derecho de aprender, pero no debe causar desorden hablando con su marido mientras se predica la palabra de Dios.

EVIDENCIA BIBLICA DE MUJERES MINISTRANDO.

Ministrar significa servir, y si las mujeres no pudieran ministrar a otros; Dios hace acepción de personas (lo cual no es verdad). Ya que existen varios ejemplos bíblicos del trabajo de las mujeres, tanto en el A.T. como en el N.T. lo cual revela que Dios respalda su servicio.

1.Mujeres servidoras del A.T.

DEBORA; la mujer de Lapidot, profetisa y gobernante de Israel, fue un instrumento de Jehová para derrotar a los Cananeos (Jue.4:1-24).

MARIA; hermana de Aarón y Moisés, es llamada en Exo.15:20; la profetiza. Ella dirigió la alabanza de las mujeres con panderos  y danzas después de que los judíos habían atravesado el mar en seco.

HULDA; la mujer de Salum, profetisa, fue usada por Dios para dar a conocer su juicio. Es notable la actitud del rey Josías, quien mandó al sacerdote Hilcías y al escriba Safán a consultar a Jehová por medio de Hulda (2Cro.34:22)

ANA; la viuda, hija de Fanuel, a pesar de su edad tan avanzada, no se apartaba del templo sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones. Ella fue la primera en predicar a Cristo (Luc.2:36-38).

De todos estos ejemplos el más notable es Débora, ya que ella juzgaba al pueblo, pero además guió a los hombres de Israel a una batalla contra el ejército de un reino que había oprimido a Israel por 20 años y que poseía 900 carros herrados.

2. Mujeres servidoras del N.T.

En el ministerio de Jesús hubieron mujeres involucradas, desde aquellas que le servían de sus bienes (Luc.8:3), hasta las que predicaron por primera vez el mensaje de la resurrección (Mat.28:10).

Y aunque no hubo ninguna mujer entre los 12 Apóstoles, esto no significa que no haya ningún lugar para ellas dentro del ministerio, ya que en Cristo Jesús no hay varón ni mujer.

Los que fuimos bautizados en Cristo, de Cristo estamos revestidos (Gal.3:27-28).  Dios no ve la debilidad externa de la mujer, no ve su condición temporal como mujer, sino que ve a un miembro del cuerpo de Cristo.

Y si en el A.T. Dios usó a mujeres dentro de ministerios proféticos, con mucha más razón en el N.T.  Hoy hay mujeres de Dios que hablan de parte de él, que tienen dones espirituales y que ejercen un ministerio.

El fundamento de esto es el derramamiento del Espíritu profetizado en Joel 2, el cual incluye hijas y siervas.

Esto parece oponerse al enfoque del A.T. donde las mujeres estaban relegadas, y a pesar de que hubo una leve participación  en ministerios públicos, se percibe el menosprecio hacia ellas, ya que por ejemplo comparar al hombre con una mujer era muy denigrante (Is.19:16), y que el pueblo fuera gobernado por mujeres era una maldición (Isa.3:12).

Algunos ejemplos de mujeres sirviendo son:

a) Las hijas de Felipe (Hch.21:8-9) El evangelista Felipe tenía 4 hijas las cuales tenían el don de profecía.

b) Priscila, esposa de Aquila (Hch.18:2) Ella y su esposo fueron colaboradores de Pablo (Hch.18:18 y Rom.16:3).
     Enseñaron a Apolos sobre el camino de Dios y llegaron a tener una Iglesia en su casa (1Cor.16:19).

c) La hermana Febe (Rom.16:1)  Reconocida como diaconisa en la Iglesia de Cencrea.

d) María, Trifena, Trifosa y Pérsida (Rom.16:6-12). Obreras de la Iglesia de Roma.

e) Evodia y Síntique (Fil.4:2-3). Pablo las reconoce como combatientes del evangelio.

3. La mujer; soldado de Cristo y Coheredera con él.

La profecía debe cumplirse; las mujeres tienen participación en el desarrollo de la Iglesia; enseñando, evangelizando y predicando.

La visión profética del Sal.68:9; dice: "El Señor daba palabra; había grande multitud de las que llevaban buenas nuevas."

El bautismo, la unción, los dones, las señales, etc. están disponible para las mujeres creyentes.

LA IGLESIA ES UN EJERCITO ESPIRITUAL, LA MUJER ES UN SOLDADO ESPIRITUAL.

La Biblia usa expresiones idiomáticas que parecen ser términos masculinos pero que en realidad incluyen a las mujeres por ejemplo: 1Tim.2:4 y 8, Heb.9:27, Rom.8:16.  Esto constituye otra evidencia bíblica, de que en las áreas de servicio en la obra, las mujeres también están incluidas (2Tim.2:21, 1Tim.3:11 y Tit.2:3).

Si las mujeres también se encuentran bajo el ataque espiritual del enemigo y están teniendo una lucha contra las potestades, principados y huestes; es porque son parte del mismo ejército al que pertenecen los hombres. Y por esta razón Dios ha provisto para ellas; la misma autoridad, armas, respaldo, etc. que ha provisto para los hombres.

Además la escritura también las incluye como coherederas (Rom.8:17, Efe.3:6, 1Ped.3:7).

Delante de Dios, todos tenemos los mismos privilegios y derechos, nuestra herencia es común, las promesas para los hombres son también para las mujeres.

EN CRISTO YA NO HAY DIFERENCIA ENTRE VARON Y MUJER.

LA MUJER COMO UN DON DEL MINISTERIO.

Todas las mujeres creyentes, tienen su lugar dentro del ministerio de ayudas, sin embargo algunas son más consagradas que otras y por ello tienen una unción mayor que las demás, esa unción las capacita para ministrar a otras personas y aún hay otras que son establecidas por Dios como dones ministeriales.

1. Puede la mujer ejercer cualquiera de los 5 dones del ministerio ?

Esto es un punto muy delicado, muy conflictivo; porque para algunos ya es demasiado, que una mujer se pare frente a la congregación y hable; pero otros instruyen bíblicamente durante un tiempo a mujeres y si se gradúan son nombradas Pastoras.

Algunos de los aspectos que deben tomarse en cuenta para poder tener una respuesta a la pregunta anterior son los siguientes:

a.) El Señor Jesús no llamó a ninguna mujer para el ministerio de Apóstol. No encontramos que él haya enviado mujeres entre los setenta.  Y en el libro de los Hechos no hay ni una mujer que haya levantado o fundado una Iglesia.

b.) Tampoco encontramos en las Escrituras a ninguna mujer establecida como Pastor de una Iglesia (solo hay pastoras de rebaños de ovejas). En una Iglesia donde la máxima autoridad sea una mujer; todos los hombres tendrían por cabeza a una mujer.

c.) No hay ni una mujer que de manera personal e individual ejerciera el ministerio de Maestro.

Estos 3 dones mencionados, son posiciones de autoridad; y desde el principio Dios estableció que el hombre estuviera en autoridad y enseñara a la mujer. 

De los cinco dones ministeriales, el don de Apóstol es la posición de máxima autoridad, pues abarca a todas las iglesias que sean fundadas por él, luego sigue el don de Pastor que es la máxima autoridad en una Iglesia local, y le sigue el don de Maestro que con la autoridad de la palabra; corrige, edifica, exhorta, amonesta, etc. a los creyentes.

Esta puede ser la razón principal por la cual el señor no establece a una mujer sola en estos 3 ministerios, porque sería ponerla como cabeza de todos los hombres.

d.) Pero en la Biblia si encontramos mujeres ejerciendo el ministerio Profético, reconocidas como Profetisas.

e.) También hay un ejemplo de la mujer en el ministerio Evangelístico; la mujer Samaritana que fue a la ciudad a testificar de Cristo a los hombres y muchos creyeron en él. (Jn.4:28-39).

En estos 2 ministerios no hay autoridad sobre las personas, sino solo el anuncio o proclamación de un mensaje que contiene inspiración o motivación profética, o las buenas nuevas de salvación. 

2. Consideraciones Especiales.

La mujer puede ejercer conjuntamente con su esposo, los ministerios: Apostólico, Pastoral y de Enseñanza, pues en este caso están bajo autoridad de su esposo, y representan o complementan el ministerio de él.

A lo largo de la historia de la Iglesia podemos encontrar muchos ejemplos sobre esto, pero no es una regla.  No es una imposición que la esposa del Pastor sea la Pastora, ella debe saber si tiene llamado.

A una pareja que trabaje en el campo misionero estableciendo o fundando iglesias, definitivamente que se les reconocerá como los Apóstoles.  

3. Casos excepcionales en que una mujer sola es establecida en posiciones de autoridad.

En algunos casos y bajo circunstancias especiales, Dios levanta a una mujer sola para establecerla como un don del ministerio y le da autoridad y habilidad para ministrar aún a los hombres. 

Hay casos en que una mujer ha sido constituida como Pastor de una Iglesia. Esto la faculta para enseñar o guiar la vida de las personas incluyendo hombres, pero solo sucede en casos muy excepcionales, (cuando Dios busca un hombre y no lo encuentra).  Han habido casos de mujeres, que comenzaron como misioneras y terminaron siendo establecidas, como pastoras de una congregación en países remotos y Dios las respaldó.

Ahora bien, si por ejemplo una mujer es Pastor de una Iglesia; debe ser evidente la unción y el respaldo de Dios en su vida, para confirmar que el llamado es de Dios.

No basta el llamado u ordenación de parte de una congregación o ministerio, es decir que una mujer no debe considerarse una Pastora por que en su congregación la prepararon y ordenaron como tal; si no cuando de una forma clara Dios la llame al ministerio y la respalde con la unción necesaria.

Probablemente la razón más fuerte por la que las mujeres no sobresalen en los ministerios de autoridad (Apóstol, Pastor y Maestro), sea que desde el pecado de Eva, las  mujeres quedaron bajo la autoridad del hombre, y aunque en Cristo no hay varón ni hembra, todavía seguimos viviendo en el mundo y no se ha manifestado lo que hemos de ser. 

En conclusión:

En el hogar la mujer debe estar sujeta a su marido en todo y como miembros de una congregación ella siempre debe honrarlo.

Por lo general las mujeres ocuparán posiciones auxiliares (pertenecen al ministerio de Ayudas), al igual que la mayoría de hombres; pero una mujer puede llegar a tener un llamado y una unción mayor o diferente a la de su esposo, lo cual no estará bajo la autoridad de él, sino al ministerio al que pertenecen, o a Cristo si ella llegara a ser uno de los dones del ministerio.

Además la mujer es llamada a ser ayuda de su esposo, lo cual incluye su ministerio, el cual viene a compartir o más bien a reforzar y complementar, y entonces encontramos parejas pastorales, parejas apostólicas, etc.

Ahora bien la posición ministerial de una mujer no la exime de sus responsabilidades de mantener su posición de sujeción como esposa.

Y también sobre los siervos y las siervas, derramaré mi Espíritu en aquellos días (Jl.2:29).

Fuente. CEM.
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