Las visiones y misiones en sus inicios se sustentan con Dios mismo y su Espíritu Santo. Pero, .....
27 de noviembre de 2012
COMUNIDAD CRISTIANA ANTOFAGASTA - ADORE, Bajo la nube de su presencia.
COMUNIDAD CRISTIANA ANTOFAGASTA - ADORE, Bajo la nube de su presencia, noche de Adoración - Este viernes 30 de noviembre.
Prejuicios que te quieren frenar.
Las personas en ocasiones tienen prejuicios en cuanto a tu
persona, piensan de ti de acuerdo a sus ideas , pero no te conocen realmente
como Dios te conoce.
Cuando Jesús se encontraba en su ministerio público, fue a
visitar su ciudad natal, Nazaret, y dice la biblia que:
“hizo sólo unos pocos
milagros allí debido a la incredulidad de ellos” (Mt. 13:58). Éste problema
surgió porque en su ciudad no podían verlo con fe genuina, el hecho de haberlo
conocido desde pequeño les produjo un menosprecio hacia su persona. Por eso no
se manifestaron muchos milagros, sin embargo, hubo algunos milagros, eso nos
dice que solo aquellos que no tienen prejuicios y no cierran su mente y corazón
al obrar de Dios, pueden recibir bendiciones, no importando a quién Dios
utilice.
Cuando podemos reconocer que alguien tiene algo especial de
Dios, no debemos interponer ningún prejuicio, la unción tiene algo especial que
no se puede imitar con gritos, ni pantomimas de ningún tipo, cuando alguien
tiene de Dios se manifestará genuinamente y no debemos cerrar el corazón..
Todo lo que hay en nosotros, los dones, la capacidad y
unción, se manifestará de distintas formas, y muchas, muchas veces te
encontrarás con personas que no querrán recibirla, se enojarán contigo por
envidia y te menospreciarán porque reconocen que algo grande hay en ti. Y ellos
al intentar sentirse superiores, te despreciarán.
Parece ser que estas actitudes se ven más claramente entre
quienes nos conocieron desde hace tiempo, o tienen algún tipo de relación
cercana. Jesús, como profeta, lo resumió así: «Un profeta recibe honra en todas
partes menos en su propio pueblo y entre su propia familia» (Mt. 13:57 NTV)
Las personas en ocasiones tienen prejuicios en cuanto a tu
persona, piensan de ti de acuerdo a sus ideas e imaginación preconcebidas, pero
no te conocen realmente como Dios te conoce. Su trato hacia ti puede llegar a
condicionarte si no estás bien firme en tu visión y convicción acerca de quien
eres. Ellos generalmente te hablan y te hacen sentir lo que ellos creen de ti.
Su forma de actuar te quiere adaptar a su idea, pero cuando eso sucede, es
porque ellos se sienten limitados en sus propias capacidades. No pueden
concebir que alguien que se encuentra “cerca de ellos” o “hablando con ellos”
pueda llegar a lograr cosas grandiosas.
No permitas que nadie te catalogué, te encuadre en un molde
acerca de tu personalidad o capacidad. Es muy probable que te toque tratar con
gente que no comprenderá tu potencial ni talentos. Los que pueden verlo, serán
solo un pequeño puñado, en algunos ocasiones, tal vez sea una, o ninguna
persona.
Nadie que no tenga fe podrá contagiarte fe. Nadie sin visión
te podrá contagiar ser visionario, nadie sin espíritu emprendedor te podrá
empujar a alcanzar más. Corre tu visión del árbol y mira el bosque. En estos
tiempos aprendí algo mirando una semilla. Una semilla no es un árbol, ni un
bosque, es más que eso, una semilla son infinitas posibilidades. Una semilla no
tiene fin. Pero también me di cuenta que las semillas pueden quedar en
semillas, e incluso morir y no dar jamás fruto. Tu vida es una semilla, dala y
siémbrala. Cree que se puede, cree que es posible, cree que se te abrirán
puertas, cree por mucho más, se excelente, haz lo mejor que puedas, capacítate
y aférrate al Señor porque Él te dará la salida a cada problema y te guiará,
paso a paso, por el camino que debes andar.
¿Cuál es tu sueño mayor? Tal vez esta sea la parte más
difícil para algunos, pero no imposible. A su tiempo la luz llegará.
Puedes llegar a más de lo que te imaginas. Por eso todo
depende de lo que crees y piensas acerca de ti, de que formas consideras las
circunstancias que te rodean. Hay una frase dicha por Jesús, desafiante y
esperanzadora: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible”.
Parece simple, pero a
esta fe y pensamiento se le interponen una montaña de prejuicios y paradigmas
que nos limitan, sobre todo, de la gente que nos rodea. Pero nada de lo que
diga, cualquiera sea esa persona, puede cambiar lo que el más grande de todos
dice de ti.
Por Esteban Correa es Autor de numerosos artículos
cristianos, reflexiones y libros online.
...
Sea un padre equilibrado para criar a sus hijos.
La sensación de que era un fracasado lo acompañó siempre,
incluso el día que se recibió de médico en la Universidad, con notas muy altas
y una tesis laureada. Los aplausos no se hicieron esperar cuando el Decano
resaltó su brillantez y la confianza que tenían, de que fuera un excelente
profesional al servicio de la sociedad.
Él se limitó a mirarlo, luego a sus padres, y murmuró por lo
bajo, con esa íntima convicción: "De nada servirá; soy un fracasado".
Como en una película underground, las imágenes se
superpusieron una a otra en su mente, y lo llevaron a la infancia, cuando su
padre le hacía sentir mal frente a los avances de su hermano mayor: "Él
será alguien en esta vida. Mírate tú, por todo lloras, te quejas y vas tras las
faldas de tu madre. No servirás para nada".
Palabras duras, fuertes, demoledoras. Rondaban su cabeza una
y otra vez. Y el íntimo convencimiento de que no alcanzaría jamás nada bueno.
Esa frustración, que no lo dejaba en paz como la sombra que
nos persigue y de la que somos conscientes cuando tenemos detrás el sol
abrazador o una lámpara en la noche, lo acompañó en la secundaria y fue su más
poderosa obsesión al iniciar la universidad.
--No le prestes atención a tu padre. Lo conoces: es duro en
el hablar, pero muy dentro de su corazón te ama--, le decía Laura, su madre,
para consolarle.
Pero era un paliativo a la difícil realidad. Era evidente
que su progenitor prefería ir los domingos en la tarde a ver fútbol con su
hermano mayor. Y aunque a él no le gustaba ese deporte, hubiera dado todo para
estar juntos. Pero ni por equivocación le invitaban.
Los escasos momentos que pasaban en familia, se convertían
en escenario propicio para que se relevaran los avances de Carlos. "Es un
muchacho inteligente, vivaz, dispuesto a grandes cosas", le decía su
padre. "A ver si le aprendes, y haces lo mismo…", dirigiéndose a él.
Frustración, rabia, resentimiento. Una amalgama de
sentimientos que llevó siempre consigo y que vinieron a su mente el día que se
estaba graduando como médico. Tardó mucho para superar la situación, y sólo
cuando tuvo un encuentro personal con el Señor Jesucristo, pudo experimentar
libertad y dar pasos firmes para perdonar a su padre y a su hermano mayor. Las
preferencias por él siempre le habían causado dolor, y sólo fue con la ayuda
divina que logró sobreponerse a la situación…
Las graves consecuencias de preferir un hijo sobre otro
La inclinación preferencial por uno de los hijos no es un
fenómeno nuevo. Es tan antigua como el fuego. Precisamente en el libro del
Génesis encontramos un caso que ilustra esta situación y que nos llevará a
pensar en las consecuencias que desencadena esta actitud: "Esaú llegó a
ser un buen cazador, y le encantaba estar en el campo. Por eso Isaac lo quería
más. Jacob, en cambio, era muy tranquilo y prefería quedarse en casa, por eso
Rebeca lo quería más que a Esaú"(Génesis 25: 27, 28. Traducción en
Lenguaje Actual)
Los pequeños perciben los favoritismos y se va anidando en
sus corazoncitos un comportamiento de rechazo y a la vez, el deseo de llamar la
atención. Esa es la razón por la que apreciamos niños con comportamientos sin
aparente explicación, demasiado inquietos y hasta destructivos. Es su forma de
decirle a uno de sus progenitores: "Miren, aquí estoy. Yo también soy
importante".
Se propician al interior de las relaciones entre hermanos,
rivalidad, agresividad, retraimiento en quien se siente marginado, disminución
en el rendimiento de su escolaridad, y coinciden los especialistas en que es
probable que se encierre en una enorme burbuja de mutismo e individualismo,
como mecanismo para sentirse protegidos frente al rechazo.
La Biblia relata que Esaú desarrollo resentimiento hacia su
hermano: "Esaú odiaba a Jacob por haberle quitado la bendición de su
padre, y tenía planes de matarle tan pronto como su padre
muriera."(Génesis 27:41), como consecuencia del favoritismo que se estaba
dando en el hogar.
Un amor equilibrado
La inclinación hacia uno de nuestros hijos se genera a raíz
de la identificación que podemos tener con los pensamientos y acciones de
alguno en particular. Puede que se trate de un chico meloso, y eso nos agrada.
O nos retrotraemos a la infancia y pensamos que así éramos nosotros, lo que
alimenta el favoritismo. ¡Tremendo error! El amor que les prodigamos debe ser
equilibrado.
El apóstol abordó el tema de las relaciones intrafamiliares,
entre las que se cuenta por supuesto el trato y formación para con nuestros
hijos, cuando escribió: "Quien no cuida de sus parientes, y especialmente
de su familia, no se porta como un cristiano; es más, tal persona es peor que
quien nunca ha creído en Dios"(1 Timoteo 5:8. Traducción en Lenguaje
Actual)
Insiste el apóstol en la necesidad e importancia de
tratarlos equilibradamente, en darles amor pero a la vez, educación y
disciplina: "Más bien edúquenlos y denles enseñanzas
cristianas."(Efesios 6:4. Traducción en Lenguaje Actual)
Sus hijos son valiosos e importantes por igual. Dan afecto
en la medida que lo reciben. Si en su infancia y período de adolescencia son
blancos de las preferencias y el rechazo, su corazón se irá llenando de
resentimiento, dolor y un comportamiento que no será sano en la familia, porque
dejará aflorar la tristeza que hay en su corazón como consecuencia de los
favoritismos.
Es importante que examine su existencia. ¿Está cometiendo
errores en la calidad y forma de expresar el amor a sus hijos? Es hora de que
evalúe la situación con honestidad, y aplique correctivos.
En ese proceso es
importante que le dé el primer lugar al Señor Jesucristo en su vida y en su
hogar. Él le ayudará a ser el esposo y padre apropiado. Recuerde que: "El
hombre planea su futuro, pero Dios le marca el rumbo"(Proverbios 16:9.
Traducción en Lenguaje Actual)
Jamás olvide que es tiempo de cambio. Que todavía hay
oportunidad. Basta que se decida y le abra el corazón al obrar del Señor. Puedo
asegurarle que jamás se arrepentirá…
Por Fernando Alexis Jiménez
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