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Las visiones y misiones en sus inicios se sustentan con Dios mismo y su Espíritu Santo. Pero, .....
27 de noviembre de 2018
CAMALEONES CON ANTENA. - Por Cristian Godoy - Director.
Amados
lectores, como comunicador, apasionado por los medios, he seguido desde muy
niño la evolución y los cambios que estos han tenido, he vivido y visto desde
adentro la revolución tecnológica, que ha provocado los cambios de forma,
lenguaje, distribución e infraestructura que utilizan grandes y pequeños medios
de comunicación para llegar a ustedes. En las últimas dos décadas, la
masificación del Internet y las Redes Sociales, despedazaron la verticalidad
que los medios han tenido respecto de la población por décadas, incluso en
algunos de ellos, por siglos.
Es
decir, ya no existe la comunicación unidireccional, o en la cual el medio nos
habla y nosotros sólo recibimos el mensaje, sino que hoy en una reciprocidad
interactiva, podemos ampliar la gama de temáticas que podemos abordar en un
medio, ya no existe un control rígido de contenidos. Esto puede ser una gran
oportunidad para hacer una sociedad mejor.
Pero
existen problemas. Desde que los medios de comunicación necesitaron expandirse
y tuvieron la posibilidad, buscaron en las empresas y grandes corporaciones,
las alianzas para crecer. Pero a su vez, las grandes empresas, en el afán de
vender y ofrecer lo que en realidad la gente NO NECESITABA, encontraron en los
medios la posibilidad de manipular la vida de las personas, literalmente
levantar ídolos y moldear a las personas “a esa imagen”. Tocaron nuestros más
íntimos deseos, nuestras fibras más sensibles para saber qué producto
vendernos, y con ello, controlar nuestros patrones de conducta. Durante décadas,
hemos sido tratados como consumidores autómatas sin voluntad, pero a su vez con
una falsa sensación de “libertad”.
El
trabajo por décadas de psicoanalistas, grandes corporaciones y empresas,
publicistas y medios de comunicación, lograron relativizar los pilares de una
sociedad estable, han logrado relativizar su eje central, la familia. Junto con
ello, principios que considerábamos intocables, y valores que creíamos
infranqueables. En este escenario, cualquier idea que logre tocarnos por dentro,
sin mediar necesariamente nuestra racionalidad, puede infectar como virus el
colectivo ciudadano, porque ya tiene la plataforma para hacerlo.
Esta
plataforma es la idea falsa de “Libertad”, es decir la sensación de que podemos
hacer lo que nos plazca, pero al mismo tiempo desear el producto que nos ponen
por delante, o más claro aún, “soy libre para desear consumir esto o aquello”.
Existen patrones de conducta o ideales moldeados por las marcas y los medios de
comunicación.
En la
época de las redes sociales, no cualquier cosa es popular, estos estereotipos
relativos, han impuesto estándares de vida, las ideas más recientes pregonan
descaradamente la tolerancia, sin embargo, la pisotean en arremetidas violentas
contra cualquier disidente.
Los
medios de comunicación hoy no están cumpliendo su función. Es triste ver como
grandes medios de comunicación, algunos de los cuales han educado y servido al
país por décadas, se prostituyen y se rinden como vasallos a las ideas de
turno, escupiendo y pisoteando el propósito que los vio nacer. Hacen reverencia
a ideas fabricadas vestidas de progreso y libertad, pero sin ser necesariamente
masivas ni populares, con las cuales, dicho sea de paso, fornica tanto la
izquierda como la derecha. Los Medios venden cualquier idea o producto sin
escrúpulos, sin mirar a mediano y largo plazo, el alto costo que tendrá para
nuestra sociedad.
Los
medios de comunicación conllevan la gran responsabilidad de buscar,
profundizar, y propagar la verdad. Para ilustrarlo, los Medios de Comunicación,
actúan “como espejo de una Sociedad”, el Medio de Comunicación debe reflejar
tal cual es una Nación, ante lo cual no debe buscar necesariamente lo
subjetivo, sino lo objetivo. Es decir, comunicar reviste la responsabilidad de
mantener altos valores en la ciudadanía, promover los únicos fundamentos que
permanecerán siempre que la harán fuerte a la sociedad en su conjunto.
Busquemos
la Verdad, podemos hacer de Chile una nación grande y mucho mejor para nuestros
hijos, y eso sí debe ser proclamado. Pero los fundamentos firmes no vienen de
ideas políticas, retóricas progresistas, banderas de lucha, luchas de clases,
ni anti-patriarcados, ni tampoco de los “tiempos mejores”. Si buscamos a Dios
primero, todo lo demás será añadido.
Por
Cristian Godoy-Cineasta, Director Periódico Reforma, la voz de la verdad.
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