Las visiones y misiones en sus inicios se sustentan con Dios mismo y su Espíritu Santo. Pero, .....
3 de agosto de 2012
La fuerza para que los hijos caminen cerca del Señor son los padres.
Un determinado estudio reveló que cuando la madre y el padre frecuentan
regularmente las reuniones de la iglesia, un 72 por ciento de sus hijos
permanecen firmes delante de Dios.
Si solo el padre frecuenta regularmente las reuniones, un 55 por ciento de
los hijos permanecen fieles. Si apenas la madre frecuenta las reuniones,
solamente un 15 por ciento de los hijos permanecen en la iglesia. Si ni la madre
ni el padre frecuentan regularmente los servicios de la iglesia, solo un 6 por
ciento permanecen.
Las estadísticas hablan por sí mismas. El ejemplo de los
padres es más importante que todos los esfuerzos de la Escuela Bíblica. (Warren
Mueller).
¿Por dónde están caminando nuestros hijos? ¿Qué ellos han hecho? ¿Cuáles son
sus propósitos? ¿Están ellos colocados en el altar del Señor, gozando de Su
protección y Sus bendiciones?
Muchas veces nos angustiamos por el hecho de que nuestros hijos estén
caminando lejos del Señor. A veces les vemos envueltos con malas compañías y
vicios. Pedimos a Dios que les liberte, que les haga reencontrar el camino de la
salvación, que les transforme completamente, que les devuelva la alegría de
vivir. Y lo qué, más nos entristece, es saber que somos responsables, en gran
parte, por la situación en que se encuentran.
Cuando los pudimos estar conduciendo para la iglesia, nos preocupábamos por
otras prioridades. Cuando ellos pedían para que les llevásemos a la Escuela
Bíblica, inventábamos una disculpa cualquiera para no ir.
Cuando pedían para
participar de alguna programación interesante, decíamos que aquello era tontería
y que había cosas más interesante a hacer.
Fueron enfriando, desalentando, olvidando… Ellos crecieron y tomaron nuevos
rumbos. Queremos llevarlos ahora al culto, pero ellos no quieren más.
Si nuestros hijos están yendo a las reuniones de la iglesia, no podemos dejar
de acompañarlos. Es la cosa más importante de nuestra vida. Es nuestra mayor
prioridad. Nosotros les daremos el testimonio, les ayudaremos a crecer en la fe
y la fuerza que irán a adquirir en ese período les conducirá, para siempre, en
la presencia del Señor de los señores, nuestro Salvador Jesucristo.
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Fuente: Sitio de Esperanza.
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