La teología feminista tiene
sus orígenes en la década de los 50´s en el mundo anglosajón. Si bien, tiene
sus antecedentes históricos en los movimientos feministas de liberación, las
feministas seculares sospechaban de todo lo que estuviera dentro de las estructuras
religiosas. Por ello, algunas décadas el movimiento feminista no logró
encontrarse con las teólogas feministas. Por su parte, éstas comenzaron no sólo
a luchar por el reconocimiento de la diferencia de sexos y el acceso a los
ministerios religiosos, sino que insistieron en hablar de la experiencia de
Dios desde el ser mujer.
En el caso de América Latina,
la década de los 60´s vio crecer varios movimientos sociales y revolucionarios
que comenzaron a cambiar el panorama político de la región. Fue en los 80´s
donde espacios eclesiales progresistas -del lado de los cristianismos
reformados y el catolicismo- comenzaron a promover la Teología de la
Liberación. Un discurso nuevo que humanizó a Dios puso como premisa teológica
la opción por los pobres.
Esta idea permitió que «el
pobre» fuera clave hermenéutica y teológica durante décadas. Sin embargo, en
este nuevo giro teológico discursivo las mujeres no se encontraban incluidas.
Así que mujeres teólogas y biblistas latinoamericanas comenzaron a decir que
los pobres -también- tienen rostro femenino, raza, preferencia sexual y
opresiones basadas en el género. Las teólogas feministas latinoamericanas no
querían ser sujetos pasivos, ni escuchar; querían escribir, producir y hacer
teología desde otros referentes que no fuera un lenguaje patriarcal.
En la década de los 90´s
varias teólogas resistieron el giro al conservadurismo que vieron dentro de sus
espacios eclesiales. Algunas se fueron a estudiar fuera de sus países de origen
y a construir redes intercontinentales. Sin embargo, eran tiempos difíciles
para ser mujer dentro y fuera de las iglesias. En la tradición católica, con el
surgimiento de las Comunidades Eclesiales de Base y el avance de la teología de
la liberación, en la CELAM en Santo Domingo (1992), el nuevo sujeto de
evangelización fueron los indígenas, pero se siguió pensando en términos
masculinos la idea de Dios y la evangelización. En las tradiciones evangélicas
algunas biblistas y teólogas salieron al exilio para poder escribir sus
reflexiones. Por ejemplo, la biblista y teóloga mexicana presbiteriana Elsa
Támez obtuvo el doctorado en Biblia de la Universidad de Lausanne en 1990 con
la tesis de grado Contra toda condena: La justificación por la fe desde los
excluidos, donde ya comienza a hacer una crítica al sistema neoliberal y desde
una perspectiva de género pensó la fe y la gracia. En Argentina, la teóloga
metodista que Marcella Althaus Reid, escribió desde Escocia su Teología Indecente,
poniendo en discusión las intersecciones entre sexo, política, espiritualidad y
lo performativo del género.
Las teólogas feministas de esa
época comenzaron a mostrar lo diverso en sus reflexiones como hoy en día: son
mujeres mestizas pobres que acompañan procesos populares; son mujeres
afrodescendientes que rescatan y recrean lecturas bíblicas blanqueadas por la
colonización exegética; son mujeres lesbianas, que o con y bisexuales que no se
encuentran dentro de los discursos binarios sobre Dios; son mujeres indígenas
que cuestionan el aparente sistema civilizatorio en sus pueblos y territorios.
Son mujeres que desde sus
propias experiencias resisten el patriarcado, el silenciamiento, la violencia
simbólica y de género. Comienzan a ver y a denunciar que la cultura amalgamada
con los esencialismos religiosos tienen efectos negativos sobre el cuerpo
femenino, la movilidad social, la participación activa de las mujeres en la
vida pública y privada, en la autonomía y en la sexualidad.
Desde el ejercicio teológico
de reinterpretar los textos sagrados, las teólogas feministas politizan su
experiencia de fe retando el antropocentrismo, la idea de la Encarnación y de
la subordinación de los géneros. Y en tiempos de fundamentalismos religiosos
que permean los más diversos espacios sociales, como hoy día, las teólogas
feministas tienen aporte desde los espacios donde están, ya que el acto primero
de la teología es la experiencia de fe, anclada desde el sufrimiento, la
opresión, la infantilización e invisibilización estructural, derivadas del
sexismo en las iglesias y las sociedades.
Hoy día los fundamentalismos
religiosos son el principal desafío que tenemos las mujeres y la comunidad
LGTBTTQ en la lucha por nuestros derechos. En el contexto de globalización
neoliberal, guerra contra el terrorismo, guerra contra las drogas y el auge de
políticas identitarias, los fundamentalismos religiosos cobran fuerza en
Estados donde sus políticas públicas son débiles, afectando incluso a países
que históricamente se identificaban como laicos. Al defender el compromiso con
los roles de género, la familia y la comunidad, las personas fundamentalistas
actúan de forma colectiva y bien organizadas porque se sienten marginados,
tienen miedo al cambio y por ello apelan a un mensaje único y «verdadero».
En tal contexto, confrontar
los fundamentalismos religiosos y su agenda moral en los espacios públicos, es
un punto que convoca y articula a teólogas feministas, que también pueden ser
pastoras o ministros religiosas, así como activistas, reiterando que otras
formas de ser mujer, ser disidente sexual y vivir la espiritualidad y la vida
en común, son posibles. Aquí te presentamos nueve teólogas feministas
latinoamericanas que de frente están luchando contra los fundamentalismos
religiosos mostrando que ser creyente y feminista no es contradicción.
Marilú Rojas (México).
Originaria de Orizaba, Veracruz es Religiosa Misionera de Santa Teresa de
Lisieux y Doctora en Teología Sistemática por la Universidad Católica de
Lovaina, Bélgica. Miembro de la ATE (Asociación de teólogas Españolas) y de la
ESWTR (European Society Women Theologians and Research). Teóloga feminista y
profesora invitada de la Universidad Iberoamericana (en Ciudad de México y
Puebla), del Instituto Interreligioso de México y del Centro de Estudios
Teológicos de la Conferencia de Superiores y Superioras Religiosas de México
(CIRM). Ha sido profesora del Instituto de Formación Teológica
Intercongregacional de México (IFTIM). Actualmente es coordinadora del
Departamento de Estudios de Género de la Comunidad Teológica de México,
cofundadora de espacios Teólogas e Investigadoras Feministas de México y forma
parte del consejo editorial de las revistas Christus y Sofíaς. En relación al
aborto, en una charla en Argentina, Marilú expresó:
“Pasamos de una conciencia de
culpa que es lo que ha hecho la teología cristiana, a una conciencia crítica de
género. El reto que proponemos las teólogas feministas es pasar de una
conciencia de culpa a una conciencia de crítica, pero además crítica de género.
Partiendo de un principio de libertad, de autonomía y de capacidad de decidir”…
“no son los hombres los que nos tienen que dar la ley, el permiso, no son los
hombres los que nos tienen que autorizar cuando, como, donde y cuántos hijos
queremos o no tenerlos. No son los hombres los que van a legalizar sobre
nuestro cuerpo. Somos nosotras las que tenemos la capacidad, el derecho, la
libertad y la autonomía para tomar las decisiones que tengamos que tomar en la
vida y eso pasa por el cuerpo y la sexualidad de las mujeres, por las decisiones
de las mujeres. Porque lo único que tenemos es el cuerpo. Lo único con lo que
nacemos y morimos es el cuerpo. Y lo que pasa en nuestro cuerpo lo decidimos
nosotras, no los hombres, ni las leyes, porque darle el permiso al Estado,
darle el permiso al Vaticano, darle el permiso a la Iglesia para que legislen
sobre nuestros cuerpos es volverles a regresar el poder patriarcal a la
institución”.
Nancy Cardoso Pereira
(Brasil). Teóloga de la liberación ecofeminista. Es licenciada en Teología por
el Centro Universitario Metodista de Río de Janeiro, (1987), licenciada en
Filosofía por la Universidad Metodista de Piracicaba (2002), Máster en Ciencias
de la Religión de la Universidad Metodista de São Paulo(1992) y Doctora en
Ciencias Religiosas por Universidad Metodista de São Paulo (1998). Además,
tiene un post-doctorado en Historia Antigua de la Universidad Estatal de
Campinas (2006). Es una de las fundadoras de Ribla, Revista de Interpretación
Bíblica Latinoamericana; miembro del Consejo de Redacción de la Revista
Latinoamericana de Interpretación Bíblica, miembro del Foro Ecuménico Palestina
Israel (FEPI). Es asesora de la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT). Su
teología además de ser conceptual, es decolonial, queer, indígena y
afrodescendiente. Es una de las voces más críticas sobre lo que ha venido
pasando desde el golpe de Estado en Brazil hacia Dilma Rousseff (2016-2018), el
asesinato de Marielle Franco y el actual gobierno de Bolsonaro. Recientemente
en un evento en Uruguay, Nancy expresó:
“Las feministas y las teólogas
nos tenemos que dar cuenta que la reacción conservadora, fundamentalistas, con
mis hijos no te metas, están disputando espacios, en los barrios, con las
mujeres, en las familias. Tiene financiamiento y es un proceso mundial”.
“Las pobres alimentan las
iglesias con las diezmas. Debemos capturar esos deseos” “Somos sociedades muy
desiguales, la concentración de riqueza, de poder, de la tierra está en manos
de los poderosos.
Hay que dar una lucha
sistemática, contra la desigualdad. El movimiento feminista tiene que
reflexionar sobre: ¿Cómo es la sexualidad de las mujeres pobres?, ¿Cómo goza la
vendedora de limones en la calle, sin ropa interior?
¿Cómo se liberan las mujeres
del pueblo, en medio de tantas desigualdades?
No debemos buscar espejos,
tenemos que abrir ventanas con las mujeres que están en situaciones de
vulnerabilidad. Debemos sacar el elitismo del feminismo, ir al encuentro de las
mujeres pobres, esa es la lucha que tenemos que dar. Desde nuestra militancia
hacemos una lectura popular de la biblia, revisamos el fundamentalismo y
patriarcado en la biblia. Hacemos una lectura liberadora de ese texto. La
biblia es una memoria, entre otras memorias, estamos disputando el texto,
disputando la espiritualidad, desde la teología.»
Silvia Regina de Lima Silva
(Brasil). Teóloga, biblista. Se incorporó al equipo de investigación del DEI
desde 2001; actualmente es su directora y participa del equipo de Biblia y
Teología del Programa de Formación. Ha publicado libros en la editorial DEI,
así como artículos en la Revista Pasos. También realiza estudios en el
doctorado en Estudios de la Sociedad y la Cultura, con el tema: “Modernidad,
colonialidad y Teología”. Es miembro de ASETT (Asociación Ecuménica de
Teólogas/os del Tercer Mundo), y trabajó con grupos de Lectura Popular de la
Biblia y con Teología Negra en América Latina. En un encuentro de teología
feminista en el 2014, celebrado en la Ciudad de México, Regina de Lima Silva,
expresó:
«En la reflexión teológica se
ha manifestado en la apertura y en el diálogo del Misterio revelado en las
diferentes culturas, en las espiritualidades de las mujeres y de nuestros
cuerpos. Con el patriarcado se nos enseñó un único rostro de dios identificado
con lo masculino, lo blanco, cristiano, del norte y a eliminar toda posibilidad
de existencia de otros dioses no sólo con un acto profundamente violento, sino
que también representa las bases de los diferentes tipos de violencia. Es así
que se autoriza la eliminación del “diferente” en nombre de la obediencia al
único dios. Yo creo que ese es un tema que necesitamos trabajar más: de los
fundamentos teológicos de la violencia y la relación de eso con una determinada
forma de monoteísmo o del rostro único de dios.»
Ivone Gebara (Brasil). Teóloga
ecofeminista. De ascendencia síriolibanesa, ingresó en la orden de las Hermanas
de Nuestro Señor- Canónigas regulares de san Agustín en 1967 a los 22 años,
después de graduarse en filosofía. Obtuvo el doctorado en filosofía con una
tesis sobre Paul Ricoeur en la Pontificia Universidad Católica de São Paulo.
Exponente de la teología de la liberación, trabajó desde la perspectiva de la
liberación de los pobres. Fue profesora durante casi 17 años en el Instituto
Teológico do Recife (ITER), fundado por Hélder Câmara (uno de los teólogos de
la liberación más importantes de Brasil) en 1968, hasta que la institución fue
cerrada en 1989, por decisión del Vaticano, cuando Dom Hélder se jubiló. Desde
entonces Ivone dedica su tiempo a escribir y a dar cursos y conferencias en
diversos países del mundo, sobre hermenéuticas feministas, nuevas referencias
éticas y antropológicas y los fundamentos filosóficos y teológicos del discurso
religioso. Vive en Recife, Brasil.
En los años 90, fue sancionada
por su congregación con un tiempo de silencio, por haber apoyado el aborto y
hablar de temas relativos a la mujer y a la teología desde una perspectiva
feminista siéndole impuesto el ‘silencio obsequioso’ – la misma pena que en
1985 fue impuesta al entonces franciscano Leonardo Boff, también ligado a la
teología de la liberación. Vivió fuera del Brasil durante los dos años de
silencio forzado a que fue condenada. Durante ese período obtuvo su segundo
doctorado, en Ciencias de la Religión, en Universidad Católica de Lovaina, en
Bélgica, y escribió el libro Rompendo o silêncio: uma fenomenologia feminista
do mal, tesis que fue publicada como libro bajo el título El rostro oculto del
mal.
Ivone Gebara valora la
teología de la liberación porque recuperó la opción preferencial por los
pobres, impulsó una espiritualidad que enfrenta las diferentes opresiones que
sufren pueblos e individuos y mostró la relación indisoluble entre adherir a
Jesús y luchar contra las injusticias sociales. Sin embrago critica a la
teología de la liberación por su antropocentrismo y por no haber logrado
desprenderse del enfoque androcéntrico tradicional. Propone entonces una
epistemología diferente, ecofemista, que desde la experiencia vivida trata de
abrir las percepciones a los aspectos que siempre quedaron fuera de la
epistemología patriarcal y de la ciencia oficialmente aceptada y que ella
enfoca desde la perspectiva de la fenomenología.
Margarita Sánchez de León
(Puerto Rico). Teóloga queer, es originaria de Puerto Rico, vivió en Lisboa,
Portugal y en Londres, Reino Unido. Es pastora ordenada de la Iglesia
Metropolitana, iglesia de tradición cristiana abierta a la comunidad LGTBTTQ,
desde 1996. Fue co-pastora de ésta iglesia en San Juan, Puerto Rico en la etapa
de fundación y Pastora Principal de 2006 a 2008. Fue Directora Ejecutiva de
Amnistía Internacional, Sección de Puerto Rico y que tiene una amplia
experiencia trabajando y tomando medidas en favor de los derechos humanos y los
derechos LGBT a través de organizaciones de base y movimientos sociales. Cuando
se mudó a Londres, Reino Unido, fue pastora en las congregaciones del CCM de
East London y South London de 2009 a 2012. A nivel denominacional, forma parte
del Equipo de Teologías desde 2010 y trabaja como Coordinadora de programas
para Iberoamérica –Oficina de Ministerios Emergentes (en estrecha colaboración
con el reverendo Élder Héctor Gutiérrez) y ha sido decana académica del
«Instituto Darlene Garner para la Formación de Liderazgo Iberoamericano –
OFLD». Le gusta construir alianzas y crear redes entre organizaciones, grupos y
personas. Es una persona de diálogo que abarca la diversidad y el
multiculturalismo como una forma de vida.
Ella disfruta alentar a las
personas a que comprendan sus propias fortalezas como un regalo. Ella tiene curiosidad
por la vida y una pasión por las personas. Tiene una licenciatura en Arte y
Literatura de la Universidad de Puerto Rico, una maestría en Religión del
Seminario Evangélico de Puerto Rico y cursos del programa de Doctorado en
Filosofía de la Graduate Theological Foundation. Ella habla español, inglés y
portugués. Actualmente desarrolla un doctorado en Teologia en el Mundo
contemporáneo en la Universidad Iberoamericana, México, y es parte de la
colectiva de Teólogas e Investigadoras Feministas de México. Casada con Frida Kruijt; ambas son madres de
Oshadi y Siboney, niños gemelxs.
Gabriela Juárez (México).
Teóloga feminista y activista social. Hizo estudios teológicos en España, y una
maestría en Estudios Teológicos con Especialidad en Ética y Moral por la
Universidad Católica de Lovaina (Bélgica). Al regresar a México, ha desarrollado
su trayectoria política y pedagógica acompañando procesos populares en espacios
ecuménicos, con las Comunidades Eclesiales de Base. Desde el 2010 es Secretaria
Ejecutiva del Observatorio Eclesial, dictando conferencias y participando
activamente en movimientos sociales inspirados en la Teología de la Liberación
en México y América Latina. Fundadora y co-editora de Sofíaς: Revista
Interdisciplinar de Teología Feminista. También es fundadora de Teólogas e
Investigadoras Feministas de México coordinando diversas iniciativas de
formación y empoderamiento social, político y religioso de mujeres y la
comunidad queer.
Catalina Arias (Chile).
Pastora y activista pentecostal. Estudiosa de la fe y el papel de las mujeres
en las Iglesias, desde la tradición de las Asambleas de Dios, poco a poco fue
excluida de los espacios eclesiales por su mente crítica. De tal forma, comenzó
a trabajar desde el activismo con mujeres que eran excluidas. Su pastoral le ha
llevado a crear un espacio pentecostal más inclusivo y feminista. También es
fundadora de la red Ruah, Mujeres de Fe, un espacio virtual para darle voz y
visibilidad a las creyentes y activistas feministas. Este 2019, junto a otras
feministas creyentes que se unieron a la Huelga General del 8 de marzo, Arias se
pronunció afuera de la Catedral de Santiago de Chile en referencia al silencio
del cardenal Ricardo Ezzati, acusado de encubrir delitos de abuso sexual. Y
dijo: “Tenemos desde la iglesia voces oficiales que no consideran nuestra voz
de las mujeres a la hora de hacer las declaraciones públicas. Nosotras como
mujeres estamos apoyando esta huelga, abrazando y denunciando también las
realidades de los miles de abusos que se dan dentro de las iglesias y no son
mostrados hacia afuera”. Actualmente es parte de la Red Latinoamericana
Teólogas, Pastoras, Activistas y Lideresas, Tepali.
Gabriela Guerreros
(Argentina). Pastora pentecostal de la comunidad inclusiva Dimensión de Fe en
Matanza, Argentina. Desde joven acompañaba a su padre a predicar en los barrios
populares donde no había mucha comida. Ahí tuvo encuentros con la diferencia
sexual: trans y personas de la comunidad LGTBTTQ apoyaban con comida en el
comedor comunitario donde Guerreros hacia parte de sus labores. Antes de su
ordenación pastoral se reconocía a sí misma como marxista y feminista.
Posteriormente se pronuncio a favor del aborto legal, el matrimonio igualitario
y la Ley de Identidad de Género.
Guerreros fue la única pastora
pentecostal que subió al Congreso en Argentina cuando el año pasado se discutir
la Ley sobre el Aborto. En una de las entrevistas que le hicieron, hubo esta
interacción a propósito de los fundamentalismos religiosos:
«Y amplificado en toda
Latinoamérica con el relato de la ideología de género.
-Pero no es nuevo. El término
lo instaló hace décadas la jerarquía católica, frente a la avanzada de los
derechos de las mujeres. Insisto que se relaciona con los proyectos políticos y
no es casual que cobre fuerza en momentos en que la región está gobernada por
matrices neoliberales. Como ocurrió en Brasil con Bolsonaro, que en gran medida
ganó por el voto joven católico, más allá de que todo el lobby lo hicieron las
iglesias evangélicas. Es un escenario similar al del debate por el aborto en la
Argentina, donde los evangélicos intentan ser la masa crítica, y la jerarquía
eclesiástica es la que hace el lobby. En cambio, cuando fue el debate por el
matrimonio igualitario, nos encontramos con una iglesia católica que decidió
salir a la calle con todo su conservadurismo.»
Guerreros, fue una de las
organizadoras del pasado Encuentro Regional de Mujeres, Lesbianas, Travestis y
Trans, celebrado en Matanza, algunos meses atrás. Sobre su quehacer teológico,
Gabriela expresa lo siguiente:
“Los textos sagrados no hablan
solamente de un Dios varón, también hablan de gestos femeninos. Jesús primero
interpeló a las mujeres y ningún pasaje habla de Dios en contra de la
homosexualidad. Por eso creemos que hay que deconstruir los textos. La lectura
que hacemos nace de un sistema capitalista y patriarcal”.
Sofía Chiapana Quispe
(Bolivia). Teóloga aymara de la Congregación de las Religiosas Terciarias
Trinitarias. Hace teología desde la cosmología andina, recuperando el efecto de
la colonización en los pueblos originarios y los retos para descolonizar la
espiritualidad desde la recuperación de la memoria ancestral, la
descolonización del saber e invita a releer los textos sagrados desde la
interculturalidad y las comunidades que se vinculan a las palabras sagradas de
la vida en los diversos territorios de Abya Yala. Se opone contra el
militarismo, los feminicidios y toda forma de violencia simbólica y física en
base al género. Sobre la situación de Nicaragua escribió:
«Con nuestro fuego ceremonial,
desde diferentes territorios en Abya Yala, acuerpamos de manera, espiritual,
política, feminista comunitaria y territorial a las familias de la juventud
estudiantil que ha sido asesinada, acompañamos su duelo político-familiar que
es también colectivo, y nos manifestamos en acuerpamiento con las hermanas de
pueblos y comunidades, feministas en Nicaragua, para que sientan nuestra
fuerza, nuestra indignación y la exigencia de Libertad a los presos y presas
políticos, búsqueda inmediata de las y los desaparecidos, no más control ni
persecución a la sociedad civil organizada y a las comunidades.
Desde distintos rincones del
Abya Yala, pedimos que cese la represión, que se reviertan las políticas de
ajuste neoliberal, y que cese de sostener un discurso que identifica la
revolución sandinista con el fundamentalismo religioso, que afecta
principalmente a las mujeres, a los y las jóvenes y al pueblo nicaragüense.»
Gentileza: LUPA PROTESTANTE
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