Las visiones y misiones en sus inicios se sustentan con Dios mismo y su Espíritu Santo. Pero, .....
10 de junio de 2016
Cuidado con la ira.
“Airaos , pero no pequéis; no se ponga el sol
sobre vuestro enojo” (Efesios 4:26).
Basta un mal momento para que
aflore nuestra ira; es algo que llevamos en el subconsciente. Es un mal que
tenemos que controlar o sufrir sus consecuencias. Es alto conocido que “la ira del hombre no obra la justicia de
Dios”. Ya lo dijo el sabio Salomón: “el
que fácilmente se enoja, hará locuras” (Proverbios 14:17).
Todo lo anterior nos hace pensar
que no estamos exentos de la ira y no hay nada malo en airarse de vez en
cuando; pero ojo: que no seamos arrastrados a pecar o pasar de ser víctimas a
ser victimarios. “Cruel es la ira, e
impetuoso el furor; ..(Proverbios 27:4) El mismo Salomón nos ofrece un antídoto
contra la ira diciendo: “La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra
áspera hace subir el furor” (Proverbios 15:1) Una cosa lleva a la otra, por eso
debemos tener cuidado cuando nos airamos, veamos lo que nos dice el Sabio: “El
de grande ira llevara la pena; y si usa de violencias, añadirá nuevos
males” (Proverbios 19:19) El apóstol
Pablo la incluye entre la obras de la carne (es decir de la naturaleza humana)
“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación,
inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos,
iras, contiendas, disensiones, herejías… (Gálatas 5:19-20).
El consejo del apóstol no nos
exime de la ira pero nos advierte contra las posibles consecuencias de la
misma. Tenemos que conocer nuestras limitaciones para evitar ser dominados por
una situación que genere males peores, “No te entrometas con el iracundo, Ni te
acompañes con el hombre de enojos, Ni sea que aprendas sus maneras y tomes lazo
para tu alma” (Proverbios 24-25) Un proverbio que nuestros jíbaros tradujeron:
“Dime con quien andas y te diré quien eres”. De igual manera nos dice el
apóstol Pablo: “No erréis, las malas conversaciones corrompen las buenas
costumbres” (1 Corintios 15:33). Es indisputable que lo malo se nos pega, y lo
bueno nos cuesta aprenderlo. Airarse es vengar las faltas ajenas en nosotros
mismos. (Alexander Pope) Nada más cierto, muchas veces ignoramos que la ira nos
hace daño a nosotros y nada más que a nosotros. Quizás el sujeto de nuestra ira
ni se da por enterado.
Tomemos con más cuidado nuestra
condición humana cuando somos víctimas de esos momentos en que perdemos
fácilmente el control. Como hijos de Dios hemos sido investidos con el amor,
poder y dominio propio. Seamos capaces de dominar esa sensación de coraje por
algo o contra alguien para que no se contriste el Espíritu Santo con el cual
fuimos sellados para el día de la redención. No quiero decir que no te dé
coraje sino que no seas vencido por un mal momento, Aprende a sobrevivir con la
tolerancia y una perspectiva diferente. Trata de encontrar siempre el lado
bueno de las cosas y confía que en los demás siempre hay algo digno de admirar.
Tendrás un mejor día y mucho más serenidad si logras hacer estas cosas.
Rev. Dr. Jose Daniel Rivera Tormos.
Gentileza: Cristianos.
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