Las visiones y misiones en sus inicios se sustentan con Dios mismo y su Espíritu Santo. Pero, .....
12 de marzo de 2013
Evangelización.
El sembrador salió a sembrar su
semilla(Lucas 8:5).
1. LA EVANGELIZACIÓN
1.1 EL CONCEPTO
- Evangelización proviene de la
palabra evangelio, que significa buenas nuevas. El Evangelio es una buena
noticia (la salvación por medio de Jesucristo), pero a la vez es un documento bíblico
(evangelio según Marcos, Juan…), y además constituye un hecho histórico (la
obra consumada de Jesús en la Cruz). De manera que el Evangelio es la buena
noticia de salvación, basada en un hecho histórico real, y registrado éste de
forma especial en las Sagradas Escrituras (esencialmente en los 4 evangelios).
1.2 EL SIGNIFICADO
- Aquí se hace preciso destacar
la comunicación dinámica, es decir, la proclamación de este maravilloso y
necesario mensaje para el hombre perdido. Es el anuncio de las buenas noticias
de salvación.
1.3 LA NECESIDAD
- Principalmente adquirimos
conciencia de la necesidad existente en nuestro mundo de hoy, sobre la base de
nuestra propia experiencia de conversión, a la vez que descubrimos el mensaje
claro de la Palabra de Dios, que así lo expone. El hombre está perdido, y por
ello necesita conocer el mensaje de la salvación. «Por cuanto todos pecaron, y
están destituidos de la gloria de Dios» (Ro. 3:23).
- A través de la predicación de
Jesús y la predicación apostólica (el modelo que debemos seguir), adquirimos
conciencia del mensaje de salvación que debemos proclamar. Observamos que tanto
Jesucristo como sus discípulos hablaron de: la necesidad de reconciliar al
hombre con Dios; hablaron del pecado, del infierno, de la salvación, de la
muerte de Cristo y su resurrección, de la necesidad de arrepentimiento, de la
conversión (entrega del corazón a Dios), del retorno del Señor Jesús, del
Juicio final, etc. Y todo ello tiene que ver con el maravilloso mensaje del
Evangelio, centrado principalmente en la muerte de Cristo por nuestros pecados.
- El apóstol Pablo realiza un
planteamiento lógico, desde una perspectiva humana: «Cómo creerán en Aquel de
quien no han oído? ¿Cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán
si no fueren enviados?...» (Ro. 10:14,15). Entendamos aquí, porque si bien la
efectividad evangelizadora corresponde al poder del Espíritu Santo, no obstante
a Dios le ha placido incluir el privilegio de que colaboremos en este proyecto:
el de anunciar la salvación a ésta nuestra presente Humanidad. Por tanto, ser
un portavoz del mensaje salvador, es un acto de gracia divina. Dios ofrece a
sus hijos el gran favor de ser sus colaboradores en esta maravillosa tarea.
Podemos aceptarlo o podemos rechazarlo (es nuestra la decisión).
- Admitimos que todos los
creyentes no son evangelistas, en el sentido bíblico del término (fundación de
iglesias): «Él mismo constituyó... a otros, evangelistas; a otros, pastores y
maestros» (Ef. 4: 11). Pero, sin embargo, todos debemos dar testimonio de
nuestra fe, y colaborar así para la extensión del Reino de Dios: «Para que
anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas...» (1 P. 2:9).
2. IDEAS ERRÓNEAS SOBRE LA
EVANGELIZACIÓN
- En cuanto al tema que nos
ocupa, existen ideas que son erróneas y que al tiempo impiden la comprensión
adecuada del poder del evangelio y de sus efectos en el corazón humano.
2.1 UNA CUESTIÓN DE MÉTODOS
- Ciertamente las formas o
métodos de evangelizar son importantes. Hemos de adaptarnos a los tiempos para
que el proceso de comunicación obtenga una mayor excelencia. Ahora bien, no
podemos caer en el error de atribuir el poder del Evangelio al propio método o
proceso humano. De modo que el anuncio del Evangelio no reside principalmente
en las formas o estrategias de comunicación, aún siendo éstas necesarias.
- La iglesia antigua no se
planteó técnicas especializadas para comunicar el Evangelio. La conciencia
evangelizadora mostrada entonces, en gran parte de la iglesia, fue el resultado
natural de la nueva vida en Cristo y de su correcta comprensión del mensaje,
toda vez que mantenían una buena relación con Dios y con los hermanos.
2.2 DEBE HABER CONVERSIONES
- Muchas personas piensan que si
la evangelización no finaliza con personas convertidas, ésta no es eficaz y por
lo tanto resulta inservible. Con tal pensamiento no es extraño que muy pronto
las iglesias caigan en el desánimo.
- En ocasiones contemplamos la
evangelización en términos de negocio mercantil. Si hacemos una inversión de
esfuerzo, tiempo y dinero, inevitablemente tendremos que ver el fruto de esa
inversión (por desgracia vivimos en una sociedad materialista y en mayor o
menor medida estamos afectados por ella).
- La evangelización eficaz no
necesariamente origina convertidos. Ejemplo de Noé y su familia: «Con temor
preparó el arca, en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo...»
(He. 11:7). En los largos años que Noé y su familia dio testimonio de las
buenas noticias de salvación, nos preguntamos, ¿cuántos se salvaron…? Solamente
Noé y su familia.
- Entonces, ¿qué propósito tuvo
la evangelización en tiempos de Noé? Fundamentalmente fue una prueba para el
mundo, y asimismo elemento de juicio para los que desobedecieron al mensaje. De
tal manera el incrédulo no tendrá excusa en el juicio final, porque Dios le ha
ofrecido la oportunidad de salvación. Dios es paciente (largos años en que Noé
preparó el Arca), y también es bueno y misericordioso (ofreció la oportunidad
de salvación a todos). «…los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez
esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el
arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua» (1
P. 3:20).
2.3 UNA ACTIVIDAD ECLESIAL MÁS
- No tiene mucho sentido
evangelizar por evangelizar. La evangelización no es un mandamiento bíblico
impuesto por Dios, sino más bien una encomienda de gran privilegio para todo
cristiano.
- Algunos pueden entender la
evangelización como una obligación religiosa, como un precepto establecido por
la iglesia, o como una incómoda responsabilidad llamada bíblica (es el
cumplimiento del deber cristiano). Luego, con este pensamiento, lo que en
principio es un grato privilegio, se podría convertir en una carga difícil de
llevar.
- En cierta medida la
evangelización es contra naturaleza, y por ello nos resultará en una carga si
vivimos conforme al viejo hombre. Por el contrario, nos resultará en algo
natural y fructífero, si vivimos conforme al nuevo hombre creado en Cristo
Jesús: «Despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos
engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo
hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad» (Ef. 4:22,
23, 24). El objetivo de la evangelización, por tanto, no es evangelizar. Éste
es, en cualquier caso, un acto natural, resultante de la integridad en la vida
cristiana (estilo de vida), y de la plenitud espiritual del creyente en Cristo.
- No podemos en ningún modo
reducir la evangelización a la actividad propia (entiéndase la idea), sea personal
o eclesial. De ser así se convierte en una acción legalista. En último término
la evangelización es el «medio» para extender el reino de Dios, la Palabra
corra, y Dios sea glorificado. «Pero los que fueron esparcidos iban por todas
partes anunciando el evangelio» (Hch. 8:4).
3. LA MOTIVACIÓN CORRECTA
- El acto de evangelización no
resulta de un mandamiento imperativo, que nos llevaría a pensar en una labor
forzada. Es, en todo, la consecuencia de una correcta motivación en el corazón
del creyente... Si aceptamos que no hay efecto sin causa que lo produzca,
entonces, ¿por qué evangelizamos? ¿Qué es lo que nos debe motivar a hacerlo?
Nuestra motivación ha de corresponder principalmente a un acto de gratitud y
adoración a Dios, resultante de nuestra salvación personal y buena relación con
el Salvador.
3.1 UNA COMPRENSIÓN
EVANGELIZADORA
- Para poder evangelizar con
propiedad es preciso una comprensión evangelizadora, que se va obteniendo en la
medida que el cristiano crece y madura espiritualmente: «Cada uno esté
plenamente convencido en su propia mente» (Ro. 14:5). Si la evangelización no
se entiende en forma razonable, se corre el riesgo de que con el tiempo se
convierta en un mero acto religioso, sin más sentido que el propio compromiso
de evangelizar.
- Sepamos que la evangelización
no es una fría imposición de Dios para el cristiano… es un privilegio. Para que
la evangelización adquiera sentido, hay que discernir primero el amor de Dios y
la salvación del cristiano en sus varias perspectivas (pasada, presente y
futura), como también adquirir conciencia de nuestra posición en Cristo.
- La evangelización es resultado
de una actitud agradecida: «Habéis sido comprados por precio» (1 Co. 6:20). El
cristiano ha sido rescatado de la esclavitud del pecado. Reconocemos con ello
la maravillosa gracia divina, la experiencia de perdón, y la gloriosa libertad
y posición adquirida en Cristo Jesús... «Así que, recibiendo nosotros un Reino
inconmovible, tengamos gratitud...» (He. 12:28).
3.2 EL AMOR DE DIOS
- El amor de Dios en nosotros nos
provee de una conciencia evangelizadora, que nos lleva a amar naturalmente a
los demás. Una evangelización exenta de amor no resulta efectiva, porque el
amor verdadero para poder evangelizar, proviene de Dios. «El que no ama, no ha
conocido a Dios; porque Dios es amor» (1 Jn. 4:8). La evangelización es
producto del amor de Dios, el cual impregna nuestra conciencia. Por lo tanto es
un acto natural y espontáneo, y en ninguna manera obligatorio.
- El cristiano se siente deudor a
Dios por los grandes beneficios recibidos de su amor: «Así que, hermanos,
deudores somos» (Ro. 8:12). Y como resultado, el amor de Dios se muestra en la
compasión por las almas. Fue el ejemplo de nuestro Maestro: «Y vio una gran
multitud, y tuvo compasión de ellos...» (Mr. 6:34).
3.3 EL CRISTIANO NOMINAL Y EL
CRISTIANO DÉBIL EN LA CARNE
- La evangelización no debe
carecer de experiencia propia, por ello el cristiano que es nominal (sólo de
nombre), y que no ha tenido una experiencia propia de salvación, no está preparado
para evangelizar a los demás. Es equiparable al concepto cizaña en relación al
trigo (Mt. 13:29). No nos extrañe si muchos llamados cristianos hoy se resisten
a evangelizar, y tal vez sea debido a que no han sido beneficiarios con la
salvación y por ende con el amor de Cristo.
- El cristiano verdadero, que es
el pecador evangelizado y convertido, muestra deseos de dar a conocer el
mensaje por el cual ha sido salvo: «Me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no
anunciare el evangelio» (1 Co. 9:16). Aunque, también ocurre que cuando el
cristiano no mantiene buena relación con Dios, tales deseos de evangelizar
quedan recudidos a la mínima expresión. En este caso el creyente necesita
renovarse espiritualmente.
- Es cierto que hay cristianos,
verdaderos convertidos, que por distintas causas colaboran en muy poco o nada
en la extensión del Evangelio... Por nuestra parte, hacemos bien en no emitir
juicio condenatorio contra el hermano que se resiste a colaborar. Nuestra labor
al presente no es condenar, sino concienciar a los hermanos débiles para que,
de un modo otro, colaboren voluntariamente en dicha tarea. Hay que entender que
existen distintas experiencias de conversión, así como distintos niveles de
conciencia, espiritualidad, madurez y consagración. «Así que, los que somos
fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles» (Ro. 15:1). A la final,
todos somos insuficientes.
- Admitimos que evangelizar puede
conllevar un grado de incomodidad, sufrimiento, molestia, etc., contemplado a
modo de prueba. Pero, en cualquier caso es una tarea de permanente gozo y
entusiasmo: «Tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas» (Stg.
1:2).
4. EL PROPÓSITO DE LA
EVANGELIZACIÓN
- Cuando hablamos de
evangelización, qué objetivos perseguimos. ¿Para qué evangelizamos? ¿Cuál es el
propósito final?
4.1 HAY UN PUEBLO PREDESTINADO
- Si es verdad que todos los
creyentes somos predestinados, ¿por qué, entonces, evangelizar?: «Según nos escogió
en él, antes de la fundación del mundo» (Ef. 1:4). A tenor del texto bíblico,
la persona que va a convertirse en cristiana ya nace sellada para salvación:
sello puesto por Dios antes de la fundación del mundo. «...y creyeron todos los
que estaban ordenados para vida eterna» (Hch. 13:48). Saber que existe un
pueblo predestinado, ordenado para vida eterna, nos ofrece cierta tranquilidad,
porque la efectividad de la evangelización no depende de nosotros, si no de
Dios, que ya conoce los corazones y los predestina con antelación a su
nacimiento. Esta realidad bíblica nos ofrece equilibrio y a la vez nos permite
tener confianza en el poder de Dios y no en nuestros recursos personales. Es
decir, si alguien cercano a nosotros pasa a la otra vida sin Cristo, no es
porque nuestra evangelización resultó del todo inútil, o porque no hayamos
orado lo suficiente por esa persona, sino porque sencillamente no se había de
convertir (entiéndase la idea).
- En este apartado hemos de
discernir adecuadamente los términos,
pues en cualquier caso estas palabras conllevan tiempo: pasado y futuro.
Entendemos que Dios no está sujeto al tiempo, por lo que estos términos son
aplicables sólo desde nuestra perspectiva humana.
4.2 CONOCER EL CAMINO DE LA
VERDAD
- Queda claro que todas las
personas nacen con el sello de la salvación o la condenación, porque visto
desde nuestra temporalidad, Dios ya conocía los que iban a ser salvos o
condenados. El propósito de la evangelización, en nuestro caso, consiste en
conducir al predestinado hacia el camino de la verdad. Y, precisamente, es el
propio convertido quien posee dicha verdad, que a la vez comunica a los demás
en la evangelización. Pero, como evidentemente no sabe quién es el que se va a
convertir, habrá de mostrar entonces el camino de la salvación a todos los
perdidos, pues todos tienen el potencial de poder ser salvos (desde nuestro
planteamiento humano).
- Nuestra responsabilidad no es
convertir a nadie. El que va a ser cristiano, lo será porque Dios así lo
salvará. Nosotros solamente le indicamos el camino: Jesucristo, y en todo Dios
hace la obra, desde el principio (antes de la fundación del mundo) hasta la
eternidad.
- La evangelización incorpora al
predestinado en el camino recto (Reino de los cielos: la ética de Jesús): «Dios
quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad»
(1 Ti. 2.4). Nuestro objetivo no es salvar, sino transmitir el conocimiento de
esa verdad absoluta. Verdad que Dios utiliza para salvar, pero también para
santificar y así glorificar su nombre.
4.3 ELEMENTO DE JUICIO PARA EL
INCRÉDULO
- Por otro lado la
evangelización, vista como elemento de juicio, tiene el propósito de que a la
final todo incrédulo quede sin excusa: «Para dar retribución a los que no
conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo» (2 Ts.
1:8).
- En el Juicio final se
determinará el pago por los pecados, en mayor o menor medida, para todo aquel
que rechaza hoy la oferta de gracia por medio de Jesucristo. Sin la realidad de
un Juicio final, comprendemos que esta vida resultaría finalmente en un
completo absurdo. Pero, el injusto no saldrá indemne de su injusticia, a no ser
que se arrepienta y reciba el perdón de Dios a través de Cristo, pues no en
vano pagó por nuestros pecados con su muerte en la Cruz.
-La predicación de Jesús incluyó
estas dos grandes enseñanzas: salvación o condenación: «Recogerá su trigo en el
granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará» (Mt. 3:12).
4.4 LA BÚSQUEDA DEL DISCÍPULO
- A veces predicamos una
evangelización parcial (la salvación del alma), pero el llamamiento de Jesús no
fue solamente para hacer convertidos, ni mucho menos prosélitos: «Por tanto, id
y haced discípulos» (Mt. 28:19). Seguir a Jesucristo y poner en práctica sus
enseñanzas, es uno de los propósitos de la evangelización.
- Haced discípulos conlleva un
llamamiento a la renuncia del propio yo y de nuestro intereses personales, para
vivir según los intereses del Reino de Dios: «Y decía a todos: Si alguno quiere
venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame» (Lc.
9:23).
- La finalidad de la
evangelización, por ende, no es salvar almas, sino llamar a los pecadores para
que sean verdaderos discípulos de Jesucristo. El evangelio tiene este completo
sentido. Igualmente hay que saber diferenciar entre la salvación por obras: «No
por obras para que nadie se gloríe» (Ef. 2:9), y las obras como resultado de la
salvación: «Creados en Cristo Jesús para buenas obras » (Ef. 2:10).
4.5 LA GLORIFICACIÓN DE DIOS
- Dios ha creado al hombre para
su gloria, de la cual participará el creyente en la eternidad. Pero, ningún
hombre al presente debe recibir la gloria que sólo Dios merece:
* El objetivo es que Dios sea
glorificado: «A Él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús» (Ef. 3:21). Ver la
mención apostólica en las cartas del Nuevo Testamento –doxologías–.
* Llevar al hombre hacia el
verdadero servicio y adoración a Dios: «...porque también el Padre tales
adoradores busca que le adoren» (Jn. 4:23).
* Crear un pueblo glorioso, y
para la gloria de Dios: «Purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas
obras» (Tit. 2:14). El evangelio contiene una dimensión práctica (las buenas
obras que glorifican a Dios), pero finalmente es teo-céntrico, apunta hacia
Dios: «Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras
buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos» (Mt. 5:16).
5. EL FRUTO DE LA EVANGELIZACIÓN
5.1 EL PRODUCTO DE LA
EVANGELIZACIÓN
- Tenemos la seguridad de que la
Palabra de Dios no vuelve vacía (Is. 55:11). Pero, ¿qué es lo que esperamos
cuando evangelizamos, bien sea personalmente o como iglesia?
*No esperemos llenar la iglesia.
*El resultado puede ser
invisible.
*El fruto puede ser a largo
plazo.
*La efectividad es sobrenatural
(del Espíritu Santo), y no depende en ningún caso de la intervención humana.
*El objetivo es: que conozcan el
mensaje. La reacción puede ser: de salvación o de juicio.
5.2 EL MODELO BÍBLICO
- La enseñanza bíblica predice el
posible fruto que debemos esperar, que es a la vez respuesta general de
nuestros contemporáneos a la evangelización:
* Indiferencia. El rechazo al
mensaje en los días de Noé, es comparativo: «Como fue en los días de Noé, así
también será en los días del Hijo del Hombre» (Lc. 17:26).
* Escasez de verdaderos
convertidos. El mismo Señor llamó a su pueblo: «No temáis, manada pequeña,
porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino» (Lc. 12:32).
* Falta de fe. Jesús predijo los
días antes del fin: «Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la
tierra?» (Lc. 18:8).
* Falta de amor. Frialdad
afectiva: «Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará»
(Mt. 24:12).
* Apostasía cristiana. En el
Nuevo Testamento se profetiza una apostasía mundial: «No vendrá sin que antes
venga la apostasía» (2 Ts. 2:3).
- Visto lo visto, no esperemos
que sean muchos los que se conviertan, y menos los que sean fieles discípulos
de Jesucristo, que es finalidad de toda evangelización.
6. LA EVANGELIZACIÓN EN SU
ASPECTO INDIVIDUAL
6.1 UN LLAMAMIENTO PARA TODOS
- Todos somos evangelistas. O se
es evangelista, o no se es nada, afirmaba un autor cristiano.
- No vamos a redundar en este
punto, pero reiteramos que todos los cristianos deberíamos colaborar, de una
forma u otra, en la extensión de este maravilloso mensaje de salvación: «Deja
que los muertos entierren a sus muertos; y tú vé, y anuncia el reino de Dios»
(Lc. 9:60).
6.2 REQUISITOS ESPIRITUALES
- Verdad es que los resultados de
la evangelización dependen de la acción del Espíritu Santo, y no de nuestra
fidelidad. Sin embargo, el Espíritu Santo desea utilizar al cristiano para esta
santa labor, y por ello es importante la comunión espiritual con Dios, y como
resultado la manifestación del fruto del Espíritu: Amor, gozo, paz, paciencia
(Gá. 5:22).
- La comunicación verbal y el
testimonio práctico han de ir acompañados de una vida de plenitud espiritual.
6.3 LA COLABORACIÓN DIOS-HOMBRE
- Aunque realmente Dios no nos
necesita en esta labor, no obstante determina utilizar a sus hijos como
herramientas útiles en sus manos: «Porque nosotros somos colaboradores de Dios»
(1 Co. 3:9).
- No somos imprescindibles, pero
a Dios le ha placido otorgarnos el gran privilegio de colaborar con Él. Es un
acto de gracia divina.
- El Espíritu Santo y la Palabra
impresa son los agentes primarios en la evangelización. El testimonio de sus
hijos, personal y verbal, son los medios que Dios desea utilizar.
7. LA EVANGELIZACIÓN EN SU
ASPECTO COLECTIVO
7.1 TRABAJAR EN EQUIPO
- Somos un cuerpo espiritual
(manos, pies: distintas funciones en la evangelización): «Sois el cuerpo de
Cristo, y miembros cada uno en particular» (1 Co. 12:27).
- Una iglesia «evangélica» que no
«evangeliza» incurre en un grave contrasentido.
7.2 EL ESTADO ESPIRITUAL DE LA
IGLESIA
- Hemos de tener muy presente que
el estado de la iglesia influirá positiva o negativamente.
* Una iglesia renovada
espiritualmente, evangeliza: «Transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento» (Ro. 12:2).
* La tibieza espiritual es
enemigo de la evangelización: «Por cuanto eres tibio... te vomitaré de mi boca»
(Ap. 3:16).
* Practicar la unidad y el amor
en la iglesia, o resultará una contradicción para el incrédulo: «En esto
conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los
otros» (Jn. 13:35).
7.3 CORRECTO FUNCIONAMIENTO
ECLESIAL
- El clima de bienvenida es
fundamental. Toda la iglesia ha de estar involucrada en el saludo fraternal: «Y
si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen
también así los gentiles» (Mt. 5:47). Para que la evangelización cumpla su
objetivo final, es preciso que en la iglesia haya:
* Un comité de recepción:
hermanos aptos por su carácter que reciban a las personas nuevas.
* Un plan de integración para los
nuevos: actividades eclesiales para tal fin.
* Discipulado para el neófito.
* Cuidado pastoral: cura de almas
(consejería).
7.4 ELABORAR UN PROYECTO DEFINIDO
- Dios es un Dios de orden y su
obra demanda diligencia, planificación, examen y proyección: «Examina la senda
de tus pies, y todos tus caminos serán rectos» (Pr. 4:26).
* Es preciso realizar un proyecto
-previo análisis-, valorando las ventajas y desventajas, las posibilidades, los
presupuestos, los esfuerzos...
* Destacamos la importancia de la
organización; los objetivos a definir en el proyecto; establecer un calendario
anual (en épocas y fechas determinadas). Orar al Señor por el proyecto;
realizar variaciones que vayan surgiendo; concretar el proyecto y llevarlo a
cabo.
* Hay que tener presente las
diferentes estrategias, dependiendo del lugar: pueblo pequeño, ciudad grande,
contexto, personas, etc.
8. LOS OBSTÁCULOS DE LA
EVANGELIZACIÓN
¿Por qué la mayoría de cristianos
no evangelizan? Hay que buscar las causas, los problemas principales, y aportar
soluciones. Sobre todo evitar la imposición del mandamiento bíblico.
8.1 AGENTES INTERNOS
- Nuestra naturaleza pecadora
constituye el mayor impedimento. Por tal motivo hacemos bien en no contristar
al Espíritu, pues sólo Él impulsa, dirige, capacita, y otorga las fuerzas
necesarias.
- Hay causas internas que nos
impiden dar testimonio de nuestra fe:
*El desánimo (es inútil, la gente
no escucha –falta fe–): hay que renovar nuestra confianza en la Palabra y en su
poder.
*La ignorancia en cuanto a esta
responsabilidad como cristiano.
*La vergüenza o timidez, el miedo
al rechazo.
*No saber enfrentar al incrédulo.
*Falta de aprendizaje, práctica,
o inexperiencia.
* Carencia de plenitud
espiritual: una vida carnal, la falta de fe, la tibieza espiritual, la pérdida
de fervor y de visión espiritual.
*Desconocimiento de los puntos
básicos del plan de la Salvación.
8.2 AGENTES EXTERNOS
- Hay causas externas (elementos
de presión) que influyen negativamente y paralizan en ocasiones toda labor
evangelística:
* La actividad del Diablo (no la
vemos pero es una realidad): «Anda alrededor» (1 P. 5:8).
* La pasividad de la propia
iglesia para con el creyente. Falta de concienciación, actividades.
* La sociedad materialista
(vivimos en buena medida influidos y condicionados por ella).
* La crítica o vituperio del
mundo (el rechazo de los no creyentes).
- A la reacción adversa, la
bienaventuranza de Jesús: «Bienaventurados sois cuando por mi causa os
vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.
Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos...» (Mt.
5:11,12).
9. EL AGENTE EVANGELIZADOR
9.1 DIVINO
- El resultado de la
evangelización es en todo una labor divina: «...y el Señor añadía cada día a la
iglesia los que habían de ser salvos» (Hch. 2:47).
- El Espíritu Santo es el agente
efectivo en la evangelización: «Y cuando él venga, convencerá al mundo de
pecado, de justicia, y de juicio» (Jn. 16:8).
- El poder espiritual está
contenido en la Palabra: «Porque la palabra de Dios es viva y eficaz» (He.
4:12).
9.2 HUMANO
- El hombre es el instrumento en
manos de Dios, con el cuál desea trabajar: «Así que, somos embajadores en
nombre de Cristo» (2ª Co. 5:20).
- Dios busca nuestra
colaboración: «¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?» (Is. 6:8).
- Por nuestra parte ser requiere
entrega y decisión: «¡Heme aquí, envíame a mí!» (Is. 6:8).
10. LAS HERRAMIENTAS DE LA
EVANGELIZACIÓN
10.1 HERRAMIENTAS VITALES
Existen herramientas que son de
orden fundamental para una evangelización efectiva:
*La oración (lucha contra el
enemigo...). Dependemos exclusivamente de Dios.
*El cristiano y su preparación:
conocer la espada (la Palabra).
*La evangelización es uno mismo
(el ser, que no tanto el hacer).
*El testimonio cristiano en la
vida diaria: una vida transformada.
*Compartir la propia experiencia:
el encuentro con Dios, la conversión... lo que Dios ha hecho por y en nosotros.
El ejemplo del endemoniado gadareno es aleccionador: «Vete a tu casa, a los
tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha
tenido misericordia de ti» (Mr. 5:19).
*El contacto personal es lo más
recomendable. Es aconsejable escribir la experiencia de conversión. El diálogo
evangelístico puede ser realizado desde su terreno: aspectos sociales,
religiosos, culturales, etc., a modo de puentes para presentar el Evangelio.
Sirva el ejemplo de la mujer samaritana (Jn. 4:7-19).
*El folleto evangelístico: Dios
nos otorgó su revelación especial por escrito. Un folleto evangelístico que
exponga el plan de la Salvación, resulta a veces necesario. Hay que aprovechar
el momento y la ocasión. No hay que ser impulsivo, y realizar la entrega de
forma natural.
*Regalar una Biblia o un Nuevo
Testamento, con guía evangelística; o bien un librito de orientación
evangelizadora.
10.2 HERRAMIENTAS ÚTILES
Otras herramientas dependen más
bien de las formas de comunicación:
* Estrategias eclesiales:
construir puentes hacia la sociedad, no muros. Crear diversos servicios
sociales, actividades de primer contacto, ayuda, orientación... «Teniendo favor
con todo el pueblo» (Hch. 2:47).
* Células de estudio bíblico: en
las casas, en la iglesia, reuniones «ágapes».
* La evangelización debe
impregnar el espíritu de todos los cultos en la iglesia: la adoración, el
partimiento del pan, la predicación, la comunión fraternal...
* Otros Medios de difusión: encuestas,
actos evangelísticos en el barrio o en la iglesia (actividades con niños, obras
teatrales, conciertos musicales, pases de películas, etc.), campamentos,
retiros, recursos de Internet, cursos bíblicos, prensa local, carta de
presentación de iglesia, buzoneo, radio, medios audiovisuales... otros medios
de difusión.
11. APRENDIENDO A EVANGELIZAR
Como todo en la vida, la
evangelización requiere aprendizaje. Aprendemos esencialmente del modelo de
Jesús: modelo de predicación y también modelo de actuación con los demás:
11.2 TRATANDO CON DIFERENTES
PERSONAS
- En cualquier caso se requiere
tranquilidad de espíritu, convicción personal, y buenas maneras.
- Intentamos adaptar la
evangelización a las diferentes capas sociales, y a las edades.
- El Mensaje central no varía,
pero hay distintas formas de exponerlo, dependiendo de los oyentes: ateos,
agnósticos, católicos, testigos de Jehová...
11.3 UNA ACTITUD CORRECTA
En todo se requiere una actitud
correcta para con los demás. Hay formas que son impropias (por ejemplo omplejo
de conquistador> , no resulta una forma adecuada).
* No tratar de convencer, ni
discutir. Sí es preciso mostrar celo o fervor, pero no contención. Vemos el
ejemplo de Pablo en el Areópago de Atenas (Hch. 17:22,23), y cómo aprovechó la
oportunidad.
* Expresar una preocupación
sincera por su vida, el estado de su alma y circunstancias personales (los
demás no son ingenuos y detectan rápidamente nuestras intenciones).
* Sobre todo no pretender
convencer a nadie.
* Saber escuchar a los demás...
hasta un límite.
* Destacar una virtud de la
persona, como método de acercamiento personal.
* Transmitir serenidad: sólo
exponemos (respeto a las ideas de los demás), no imponemos.
* Hay diferencia entre aprovechar
la ocasión, y aprovecharse de la ocasión. Hemos de aprovechar todo momento y
ocasión. Durante el año también hay momentos adecuados y fechas señaladas
(Navidad: regalar un calendario, junto con un folleto); invitaciones de la
iglesia...
11.4 LA PRESENTACIÓN EFICAZ
- Hemos de intentar ofrecer una
explicación lo más razonable posible de nuestra fe: «Estad siempre preparados
para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande
razón de la esperanza que hay en vosotros» (1 P. 3:15).
*Conociendo y memorizando el plan
de la Salvación (memorizando los versículos claves): exposición central del
Evangelio.
*El Evangelio tiene una
presentación progresiva: Dios –Biblia –hombre –pecado –condenación –Jesucristo
–Salvación...
*Adquiriendo la costumbre de
evangelizar.
*Estar entre el mundo: Jesús fue
amigo de publicanos y pecadores. Los cristianos son personas sociales, no
raras. Ejemplo: el Evangelio hace al hombre más humano (el ser humano está
desestructurado), no más religioso o fanático.
*Conocer las respuestas a
preguntas tópicas: Por qué Dios permite el sufrimiento, la maldad, las guerras,
el hambre...
*Saber manejar la Espada (la
Biblia) para poder: defendernos (apologética) y presentar adecuadamente el
Evangelio, desde un planteamiento natural, y sobre todo desde la experiencia
personal.
*Saber dirigir a la persona en el
paso de la conversión a Dios (la oración del pecador).
11.5 ÁREAS PRINCIPALES PARA
ALCANZAR
- Llegados a este punto, hacemos
bien en no dejar en el olvido todos los aspectos mencionados , sino que es
menester ponerlo en marcha cuanto antes. Y para ello observaremos en primer
lugar cuáles son aquellas áreas, lugares o personas, que podemos alcanzar.
* Pensamos en aquellos a los que
todavía no les hemos hablado de Cristo: Amigos, compañeros de trabajo,
familiares, vecinos, conocidos... Hemos de ser inteligentes y aprovechar las
ocasiones especiales que nos surjan durante el día para tal propósito, y
también durante el año, como ya mencionamos.
* Observamos necesidades en
nuestro propio barrio (primero Jerusalén...), otras zonas necesitadas o pueblos
fuera de la ciudad, utilizando las herramientas adecuadas para realizar una
evangelización acorde con los principios inalterables de la Palabra de Dios.
* Sobre todo, como ya hicimos
referencia, es precio no descuidar a las personas que nos visitan en la
iglesia.
«¡Cuán hermosos son los pies de
los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!» (Romanos 10:15).
José Mª Recuero - Estrictamente
prohibida su reproducción para la venta.
Gentileza: Portavoces de Vida.
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